Tercera corrida de toros de la Semana Grande de Bilbao, primer plato fuerte del ferial. Pablo Hermoso de Mendoza y Enrique Ponce, dos históricos, dos consentidos de la plaza de Vista Alegre en un mismo cartel con diferentes ganaderías y variedad de encastes. Sólo una vacada se repetía en la lidia de ambos: la de Victorino Martín. Un aliciente, el primero del navarro de Estella y quincuagésimo para el valenciano de Chiva. Máxima expectación.

Hermoso de Mendoza pudo cortar cuatro orejas en total de los tres toros que mató. El primero, de la ganadería de Fermín Bohórquez fue buen toro, teniendo como virtudes la nobleza y el ritmo. El navarro lo exprimió al máximo toreando sin ninguna violencia, sin ningún tirón ni esfuerzo, todo naturalidad. Una genialidad. Suavidad y dulzura, profundidad y sabor a lomos de Chenel, que reapareció en una plaza de primera después de un año. Hubo ligazón y torería en los doblones. Con el acero se le esfumaron las dos orejas y recibió una fuerte ovación. Sí que desorejó al de Carmen Lorenzo en una labor que brilló la hermosina a lomos de Disparate y puso la emoción que le faltó al exigente burel que acabó totalmente gobernado por el jinete de Estella. Con el toro de Victorino -primero de su carrera- no tuvo suerte. Al de la a coronada le faltó ritmo y continuidad a pesar de que Hermoso de Mendoza le consintiera, subrayando de su quehacer el riesgo que imprimió con el caballo Dalí. Invitó al sobresaliente Sergio Dominguez a banderillear durante la faena sin éste desaprovechar la oportunidad.

Enrique Ponce tuvo verdadera mala suerte. Lidió dos toros de Juan Pedro Domecq y uno de Victorino. El sexto, de Alcurrucén, precioso de hechuras, salió cojo de la mano derecha de los chiqueros. Lo sustituyó un sobrero de Juan Pedro que fue soso en los primeros tercios pero que tuvo la gran suerte de tener delante a un gran torero. Ponce lo administró con su sapiencia. Inició con muletazos mandones por abajo y toreó al pronto y noble cornúpeta con relajo y plomada. Hubo variedad en la labor. Lo pasaportó con media estocada que tuvo que ser remendada con varios golpes de descabello. De las tres faenas, ésta fue la de más calado. Frente al segundo Juan Pedro, el primero de la tarde para el valenciano, fue un toro que tuvo calidad y poca fuerza. Llegó con poco fondo al quehacer muletero y lo toreó encajado inteligentemente. El Victorino número cincuenta en la carrera de Ponce fue una auténtica alimaña. Echaba la cara arriba al final de cada muletazo. No rompió hacia adelante a pesar de humillar y cumplir en varas: empujando y con la cara abajo. Mató a la tercera estocada y fue silenciada la labor.

Bilbao, martes 19 de agosto de 2014. Toros de Fermín Bohórquez (1º), Carmen Lorenzo (3º) y Victorino Martín (5º), para rejones; y Juan Pedro Domecq (2º y 6º bis), Victorino Martín (4º) y Alcurrucén (6º, lesionado de salida), para la lidia a pie. Desiguales de presentación y juego. Extraordinario el de Bohórquez, bueno y noble el de Lorenzo y manejable el de Victorino de rejones. Noble pero falto de raza y fuerza el 2º de Juan Pedro, complicado el 4º de Victorino y bueno el 6º bis de Juan Pedro. El rejoneador Hermoso de Mendoza: Ovación con saludos, dos orejas y silencio; Enrique Ponce: Ovación con saludos, silencio y ovación con saludos tras aviso. Entrada: Tres cuartos. Buena lidia de Luis Fernández «Jocho» ante el 4º. Saludaron en banderillas en el 6º Cándido Ruiz y Emilio Fernández. Antes del paseíllo hubo un Aurresku de honor para Enrique Ponce y Hermoso de Mendoza por sus 25 años de alternativa. Ibon Areso, Alcalde de Bilbao, y Javier Aresti, Presidente de la Comisión Taurina de Vista Alegre, entregaron sendas placas al diestro valenciano y al rejoneador navarro.

Jaime Roch