Roca Rey, aires de libertad

«La entrega es la base del valor, el sentimiento y esa dosis de locura»

El limeño afirma que siente más motivación que presión cuando el público va a la plaza a verle torear

El efecto Roca Rey es indomable. Es su hora y lo sabe. El gallo peruano lo mismo desconcierta a los puristas con pases cambiados por la espalda intercalados que enamora a los aficionados más exigentes con su concepto clásico, dentro de una arrolladora puesta en escena sobre unas facultades portentosas. Con la mirada fría y sincera, Roca Rey marca su objetivo en la cima y se convierte en el único torero joven que ilusiona a los aficionados y molesta a las primeras figuras de su tiempo. “Me pongo más nervioso en una entrevista que delante del toro”, declara el joven peruano de 21 años. François-Xavier Bellamy dice que “la única aventura verdadera de la existencia es la que consiste en llegar a ser uno mismo”. Y eso logra Roca Rey cuando pisa el ruedo, donde pasa de ser un chaval tímido a convertirse en un torero insaciable, rebelde y valeroso con ansias de mundo y capaz de devorarse al escalafón.

Roca Rey en una de sus actuaciones en Pamplona. Foto: R.R.

¿Es el mismo como persona que como torero?
Intento ser el mismo pero con la única diferencia de que en la plaza me revelo. Delante del toro me siento libre y no me tengo que someter a la sociedad ni a las ataduras del mundo. En la plaza me expreso mejor que con un micrófono porque solo tengo que torear, independientemente de si gusta o no a la gente.

 

¿Cómo se definiría?
No sé si tímido es la palabra pero no me gusta ser desahogado por respeto. Creo que es mejor estar callado y escuchar que hablar porque así es como se aprende. En la plaza respeto los cánones del toreo y me desenvuelvo como siento mi toreo.

 

Entonces, ¿de qué se siente orgulloso?
De ver la plaza llena cuando hago el paseíllo. Esa es una sensación preciosa, pero, me llama mucho más la atención ver que la gente joven va a los toros y se emociona con mi tauromaquia.

 

¿Qué virtudes ha adquirido durante su carrera?
Ser feliz delante del toro es lo que me ha llevado a trasmitir mejor el toreo que siento. Me ha costado esfuerzo y sacrificio pero, a partir de sentirme a gusto delante del animal es cuando más bonita me parece la profesión porque un torero debe de evolucionar hasta el día en que se retire. Quiero encontrar más pureza y más profundidad en mi muletazo.

 

¿Cómo logra sentirse feliz delante del toro?
Trabajo mucho mi mente para sacar en la plaza todo lo que me he planteado en los entrenamientos. Me refiero a los pases cambiados por la espalda o coger los toros en corto en la suerte suprema. Cuando me salen las cosas, me expreso con libertad y con entrega y eso, para mí, es el disfrute más grande.

 

¿Y el valor?
Es fundamental para tener la capacidad de entregarme. Creo que lo más importante para una persona, no solamente en el toreo, sino para la vida misma, es ser puro. Me refiero a hacer y decir las cosas con verdad. Por ese camino de la verdad, se arriesga mucho, pero se sale triunfando siempre que la suerte ayude un poco.

 

¿Qué es el camino de la verdad?
Aplicar mi forma de pensar a mi concepto del toreo. Me refiero a mis alegrías, mi motivación o mis ganas de conseguir más metas a base conseguir las que me propongo. Hablo de verdad, es decir, que los toros cogen y pueden matar y sí, que si el toro me pega una cornada, me quedaré tranquilo como torero porque le ofrecí todas mis ventajas. La pureza me hace torear como siento.

 

Los terrenos que pisa desgastan.
Sí, pero intento mentalizarme a base de una preparación física y técnica. Todo depende de la motivación porque hay que estar convencido del sitio que pisas para llegar a la entrega absoluta. En base a esa entrega, salen otras cosas como el valor, el sentimiento y esa dosis de locura.

 

Con la entrega llegan las cornadas.
Sí, asumo el riesgo total pero a mí, entregarme y ponerme en ese sitio donde el toro las da, me apasiona y me motiva porque lo siento. No me desgasta, al contrario, soy feliz cuando me entrego.

 

¿Y no tiene dudas delante del toro?
Claro, pero esas dudas son las que me hacen pensar rápido y mejorar cada día. También hay tardes en las que no tengo dudas porque hago lo que me dice el corazón más que la cabeza. Me dejo guiar por mis sentimientos cuando tengo miedo e intento hacerme duro con mi mentalización.

Jaime Roch

(Entrevista publicada en el periódico LEVANTE-EMV en la edición de papel de 29.07.2018, Valencia)