Urdiales, la dureza de un artista

Diego Urdiales recibe una ovación en Las Ventas.

El toreo brilla en las manos de Diego Urdiales con la luz intensa del clasicismo. Un borbotón de sueños salpica su rostro cuando coge el capote y la muleta. Él es él y Curro Romero su circunstancia. La belleza de su tauromaquia surge cálida desde el dulce y natural abandono del cuerpo atalonado al ruedo. Una atalaya de fe. Un jardín de pureza en tiempos de grietas. Un concepto de ayer sobreviviendo de hoy.

La torería es aquello que diferencia al torero del resto del mundo, aquello que el torero de Arnedo ha visto en las “figuras de antaño que me fascinan como Curro, Rafael de Paula o ‘El Viti’” y que aporta la libertad necesaria para moverse en las arenas movedizas del negocio taurino. “Curro Romero me dice que me haga de respetar”, asegura Diego Urdiales, quien se ha quedado fuera de los carteles de las principales ferias del inicio de temporada. Siempre nos quedará Bilbao y su Semana Grande.​

Carmen, la pareja de Curro Romero, fue la que llamó a Marta, la mujer de Diego Urdiales, por voluntad del sevillano para que ambos toreros se conociesen. Entre ellos no querían hablar como muestra de respeto y “por si molestaba”, explica. Al torero riojano no le gusta alardear de sus amistades ni hablar de su relación con otros toreros (como José Tomás) pero el diestro de Arnedo siempre que viaja a tierras andaluzas a tentar llama al Faraón de Camas para disfrutar del día juntos. Lo mismo le ocurrió con Rafael de Paula. La figura jerezana se presentó en una ganadería salmantina para verlo torear: “No me gusta definir mi toreo porque han de ser otras personas las que lo hagan pero es algo maravilloso hablar de toros con estos maestros”, sentencia. Urdiales no ha perdido la ambición ni la ilusión de su primera etapa pero la dureza del artista se revela contra él: la competencia, los celos y las dudas.

¿Dónde empezó este año?
Solo tenía una corrida firmada a principio de temporada y fue en Arnedo junto a Juan José Padilla y Tomás Campos frente a los toros de Luis Algarra. Salí a hombros tras cortar dos orejas a mi primero.

 

Ha estado fuera de los carteles de Castelló, València y Sevilla
Estoy dolido porque deseaba estar en las ferias de inicio de temporada y no creo que merezca este trato. Las empresas toman sus decisiones para confeccionar los carteles y no me han llamado para torear en ninguna de estas tres plazas.

 

¿Porqué no está en Las Ventas?
Solo hubo una reunión para formalizar la contratación y pusieron la corrida de Victorino Martín sobre la mesa, que estaba dispuesto a lidiar, y quería otra corrida que también fuese de mi gusto como la del Pilar, sin querer estar en los carteles de las figuras, además del desacuerdo en el tema económico. No cerramos nada porque mi apoderado Luís Miguel Villalpando consideró que lo que nos ofrecían iba con la intención de no contratarme.

 

¿Las negociaciones se paralizaron?
Sí, y soy yo el que pierde pero a la vez estoy convencido de la decisión que he tomado. Nunca tuve esperanza de entrar en san Isidro pero me siento reconfortado porque maestros de otras épocas me llaman y me transmiten el apoyo y el desacuerdo con los empresarios.

 

¿Qué figuras son?
Tengo la suerte de disfrutar de jornadas de campo con Curro Romero, Pepe Luis Vázquez, El Viti, Rafael de Paula o Andrés Vázquez. Luego de torear también hablamos y compartimos nuestras sensaciones.

 

¿Qué le ha dicho Curro Romero?
Siempre me ha dicho que me haga de respetar. Hace poco estuve con él y me dijo que con el trato que me están dando los empresarios, él hubiera durado poco tiempo en el mundo del toro. Creo que el mayor daño que le pueden hacer a la fiesta de los toros es herir su esencia.

 

¿Cuál es esa esencia?
Yo intento interpretar el toreo con pureza y naturalidad y eso, para mí, es la esencia. Hace falta que la gente del toro premie esas formas porque la diferencia entre el arte y otra cosa es el misterio de olvidarse de todo lo que no sea esencia. Mis fuentes son Pepín Martín Vázquez y Rafael Ortega.

 

¿Y los triunfos?
Son importantes pero el toreo va más allá de eso. Se le está dando un valor numérico a los toros que yo no concibo porque a mí, como te he dicho, me enseñaron a verlo de otra manera.

 

¿Cómo valora la temporada pasada?
Fue muy importante. En la faena de Bilbao al toro de Victorino Martín se vio mi evolución con el capote y la muleta. Javier Conde me dijo que «se le rompía el alma» con la intención de los naturales de final de faena y Pepe Luis Vázquez me habló de tres lances. Mi objetivo es tener una expresión nada forzada delante del toro.

Jaime Roch

(Entrevista publicada en el periódico LEVANTE-EMV en la edición de papel de 08.03.2018, Valencia)